miércoles, 18 de enero de 2017

CINE: Silence (Martin Scorsese).

La fe. La fe es algo que todos tenemos (al menos la mayoría) en un director como Scorsese. "Creer sin ver", y sí, creemos en el y en su talento para crear una obra maestra (o al menos rozarla) incluso antes de verla.
 De nuevo el director ataca con una película que gira en torno a la fe, cumpliendo su mayor sueño, como lo era el dirigir esta adaptación basada en una obra de Shusaku Endo, para darnos una película más que memorable.
 Silence gira en torno al viaje y estancia en un pueblo de Japón de un par de sacerdotes jesuítas (Garfield y Driver), que van en busca del desaparecido Padre Ferreiro (Liam Neeson).
 Durante su estancia allí, conocerán pueblos que pese a las duras condiciones de vida y lo difícil que es ser cristiano por los castigos a los que conlleva, continúan teniendo fe en Dios y creyendo en el Paraíso que tanto les han prometido. La fe de esta gente hará que Sebastião (Garfield), lleve a cuestionarse realmente sus creencias y hasta qué punto llega su amor por su dios.
La película nos lleva en un hermoso viaje con similitudes bíblicas, de la mano de un Andrew Garfield (que por primera vez me ha resultado sorprendente) con impecables diálogos interiores y luchas internas ante la impotencia, con un Adam Driver que está poco aprovechado (y eso que su personaje resulta interesante) y un Liam Neeson que simplemente cumple; con una espectacular fotografía de Rodrigo Prieto (Amores Perros, Babel, Brokeback Mountain y la reciente Passengers), y la maravillosa "música" que en una sala de cine conseguirá sin duda ponerte la piel de gallina. Scorsese se toma su tiempo y consigue que cualquier persona, ya sea creyente o no, se cuestione realmente hasta qué punto puede llegar el ser humano por amor (en esté caso, el amor a Dios) y si realmente es necesario expresar en voz alta o con gestos nuestros sentimientos. Porque, al fin y al cabo lo que importa es lo que pensamos y sentimos en el fondo de nuestro corazón, ¿no?
Silence es una trágica historia, puede que no para cualquier tipo de público, que consigue conmoverte sea cual sea tu ideología religiosa.
Sin duda alguna, de lo mejor del año.
8/10
"El precio de tu gloria es su sufrimiento"