Una de las películas más esperadas
del año. Todos estábamos esperando deseosos a que llegase este
momento. La octava película de Quentin Tarantino, un
western protagonizado por Samuel L. Jackson, situado tras
la Guerra de la Secesión en un Wyoming nevado.
La
película se divide en 6 capítulos, e inicia con ese The
hateful eight en el que las
letras nos recordarán a Pulp Fiction, para pasar al primer episodio
en el que vemos a Samuel esperando en medio de un camino nevado a que
venga alguien y pueda llevarle con el. A partir de ahí comienzan a
entrar personajes poco a poco. Todos con una historia, con secretos
ocultos...y así es como se reúnen varios desconocidos en una cabaña
en medio de una tormenta de nieve.
Se
odian, conversan, aclaran historias...realmente todos se conocen los
unos a los otros. Todo empieza a ir bien hasta que empiezo a ser
consciente de la repetición de los diálogos, de que la película se
alarga y que aún no ha pasado una hora y media y ya me está
resultando agobiante. Trata de utilizar el truco de Reservoir
Dogs de conversaciones entre
personajes para presentarlos, pero esta vez se le va de las manos y
consigue que cada vez cueste más no quedarse dormidos. Lo único que le ha faltado para aburrirme ha sido actuar el. Salvo algunas escenas, que parece ser que por fin "ha llegado la hora de chuparse las pollas".
Un
Tim Roth intentando transformarse en Christoph Waltz (que obviamente,
le salió el tiro por la culata), una Jenniffer J. Leigh espectacular
y un Samuel que inicia muy bien, acaba aburriendo y una vez llegados
al final vuelve a tomar fuerza.
The
hateful eight es un intento de imitar la famosa obra de Ágatha
Christie Diez Negritos.
Varios personajes reunidos, que por determinados motivos comiezan a
confesar sus crímenes, sus secretos...y todos empiezan a odiarse los
unos a los otros. Y poco a poco, van muriendo uno a uno...hasta que
quedan los más importantes y encargados de terminar la película (al
fin). Pero es entonces cuando vuelve a tomar fuerza. Tarantino ha
vuelto en la última hora de metraje. El desvelar la verdad de por
qué están todos allí, el odio en la cara de Jenniffer J. Leigh, el
glorioso flashback que nos hace disfrutar de una maravillosa escena
de matanza y nos aclara la historia, la aparición de Channing Tatum
en escena (que por primera vez en mi vida he de decir que creo que lo
ha hecho bien) y ahora empieza Tarantino. Ahí está, con sus escenas
violentas, todo ocurre deprisa, la sed de sangre, el intento de hacer
negocios... Fantástico y maravilloso final que contrasta con la
lentitud y pesadez del desarrollo.
Fotografía espectacular y BSO estupenda. Morricone me ha dejado boquiabierta.
¿Volverá
Tarantino de verdad en su próxima película? "Y ya
sólo quedaron dos..."
Mi nota para esta
película es un 6/10 y tengo la esperanza de que alce el vuelo en su
próximo proyecto.
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